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EL PRIMER E INOLVIDABLE BESO  

SylvieIsBack 38F
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10/8/2022 6:40 pm
EL PRIMER E INOLVIDABLE BESO


Perdonen la redaccion pero no me permite escribir con acentos.

Tendria yo aproximadamente 19 anios cuando lo conoci. Recien comenzaba en mi segundo trabajo, lo cual no era muy extranio en el ambiente de las empresas contratistas petroleras, donde el personal es empleado temporalmente para algun proyecto especifico o solo alguna etapa del mismo. Por mi buen desempenio en el proyecto anterior, la empresa volvio a llamarme para estos trabajos de emergencia, que surgieron por un infortunado accidente el cual danio varias plantas de la refineria. Me debia presentar el lunes siguiente a mi contratacion en las oficinas temporales dentro de la mencionada instalacion, a donde llegue puntual aunque no vestida para trabajar en las areas externas, pues no estaba previsto para ese dia mas que la formalidad de ubicarme y entregarme las credenciales de acceso al sitio de trabajo, asi como conocer la manera de llegar, y otros.

A este tenor, me presente ante quien seria mi jefe inmediato, el director de la obra. Aclarado el alcance de mi trabajo, fui a ubicarme en mi mesa de trabajo, para solicitar los instrumentos y materiales que necesitariamos para la labor a desempeniar. Observe que en el mismo salon tambien habia una pequenia mesa con una cafetera industrial, botellones de agua debajo, asi como azucar, paquetes de vasos y de cafe en polvo: obvio, me tocaria esa tarea tambien. No me molesto, pues no era un trabajo pesado ni fastidioso.

A medida que transcurria la maniana y me organizaba, me percate que mi vestido y sandalias de taco medio no eran lo ideal para esa labor, me incomodaba y me restringia los movimientos, asi que le solicite a la secretaria que necesitaba ir a mi casa a cambiarme por unos jeans, mis zapatos de seguridad de corte alto y una camiseta. Acordo avisarle a uno de los ingenieros supervisores que iba a comer fuera siempre, para que me movilizara a mi casa y me trajera de vuelta al mediodia. Estuve de acuerdo y segui con mis ocupaciones.

Faltando 15 minutos para la hora de la comida, estaba inclinada, metida de cabeza en unas cajas desembalando unas lamparas, cuando sono un toc-toc-toc a la puerta, a mis espaldas. Lo mas rapido que pude me ergui de dentro de la caja, y al girarme vi a un sonriente hombre joven parado en la puerta. Era evidente que habia estado mirandome el trasero y las piernas mientras yo estaba de espaldas metida en la caja, lo delataba la picara mirada. Lo mire muy seria y me dijo: 'Hola, ¿eres la que va a salir a cambiarse? ' Le respondi que si, y acoto que dejaba unos reportes en la oficina y se iba, que estuviera lista. Giro y se fue.

En unos cinco minutos estuve lista. Cerre la oficina y me fui a la puerta de salida general a esperar al companiero. Apartando la intrascendente situacion de sus ojos sonrientes anteriores, nada mas me hizo alguna impresion acerca de su persona: no muy alto, de complexion fuerte, de cabellos ondulados claros, tez blanca. No pude apreciar mayor cosa entonces. Al poco salio de la oficina del director junto con el resto de los supervisores de campo, bromeando y riendo. Al percatarse el grupo de mi presencia, de pie en el pasillo de salida, callaron, mirandome con curiosidad y apreciandome de arriba abajo. Me hice la desentendida, y espere que salieran. El companiero que me llevaria espero a que todos salieran, me dio paso y me indico sin hablar el vehiculo donde nos iriamos. Esto genero comentarios por lo bajo y sonrisas de suspicacia por parte de los otros, a lo cual puse fin con una fria mirada, con ceja levantada incluida.

Nos presentamos. Se llamaba Yannick, ingeniero de 26 anios. Trabajariamos en el mismo grupo, por lo cual tambien me presente, y charlamos ligera y amigablemente en el trayecto hasta mi casa. Quedamos en que me recogeria de vuelta en unos 45 minutos despues del almuerzo, pues vivo distante unos 5 km. de la refineria. Comi algo rapido en casa, me mude de ropa: mis jeans quedaban ceniidos sin apretar, meti la camiseta por dentro, un poco de perfume ligero, me recogi el cabello en una coleta y lo espere.

Al cabo del tiempo acordado, llego y me acerque a la puerta para regresar al trabajo. Como llevaba lentes de sol, pude fijarme, sin que se percatara que lo miraba, que su boca se abrio con asombro y admiracion mientras me miraba aproximarme. Al notarlo, traviesamente simule haber olvidado algo: me detuve, le di la espalda y camine unos pasos, lo justo para que me diera una buena mirada por todos lados. Segui con el teatro, me pare nuevamente y regrese hacia el vehiculo. Enseguida volteo a mirar al frente, mientras yo ya subia al coche y lo saludaba. Me respondio el saludo sin mirarme, se cercioro que cerrara bien la puerta y arrancamos. Con la mano derecha sostenia el volante, el brazo izquierdo estaba apoyado en la puerta, y su mano posada casi en la boca, con la actitud de quien va pensando mucho. No lo interrumpi, y llegamos en silencio a las oficinas centrales, donde me dejo y siguio al area externa, donde estaba el trailer que les servia de oficina a los supervisores.

Asi pasaban los dias: al llegar a la oficina, preparaba el cafe para todos, y empezaba el trabajo. A esa hora, todos pasaban por ahi, bien a buscar su cafe, bien a esperar que estuviera listo, momento en el cual nos saludabamos y nos dabamos buenos dias y compartiamos alguna novedad, o nos conociamos. Del mismo modo, a media maniana o principio de la jornada de la tarde, chequeaba si habia suficiente cafe disponible para los visitantes y el personal. Siempre los coquetos companieros se ofrecian a servirme un cafe, pero pocas veces aceptaba, o estaria tomando cafe todo el tiempo.

Yannick era visitante frecuente a la cafetera. Ya con el tiempo nos tuvimos un poco mas de confianza. Era un tipo no muy alto, descendiente de israelies, muy seguro de si mismo, inteligente y simpatico, y pude notar que yo le gustaba. Yo era muy inexperta, pero toda mi vida tuve mucho roce con varones dentro de mi familia y en la escuela, asi que podia distinguir las diferentes miradas y reacciones en ellos. Cada dia era lo mismo: 'Hola, ¿te sirvo un cafe? 'Hola. No, gracias'. A lo cual se servia su taza y me decia en de chanza 'No me tengas miedo', y sonreiamos los dos.

Alguna vez, se sentaba cerca de mi mesa a tomarse el cafe, mientras esperaba a que comenzara la reunion de la tarde, y charlabamos de las cosas diarias del proyecto, o me traia alguna correccion y se quedaba a esperarla. En esos momentos, nuestra atraccion se iba haciendo mas fuerte y aunque simulabamos no darnos cuenta, para todos era evidente que existia un pase de corriente entre nosotros, sin embargo yo siempre mantuve la distancia correspondiente al sitio de trabajo.

Una tarde de viernes, estaba yo de buen humor por la perspectiva de un fin de semana largo. Conversaba con una companiera de trabajo y entro Yannick por su cafe. Como a la amiga le caia mal, se despidio enseguida y se fue, mientras el la miraba divertido y la saludo. Yo estaba por servirme un vasito de la bebida, cuando como siempre me dice: 'Hola ¿te sirvo un cafe? 'Si, por favor'. El desastre no se hizo esperar. La mano le temblo de tal manera que el cafe se le escapo de la mano y se volteo en la mesa, mojando servilletas, vasitos y la encimera. No me movi. Con una risita nerviosa intento limpiar el reguero, pero empeoraba el danio; finalmente le dije con falso disgusto que se fuera, que yo misma me lo servia despues que limpiara su desastre. Su cara era un poema al cachorro reprendido. Creo que en ese momento me enamore.

El tiempo paso y cada dia nos sentiamos mas atraidos uno al otro. Igual pasaba cada dia a buscar su cafe, pero servia dos y me lo entregaba, con un guinio de ojo, o solo pasaba, me miraba, me sonreia y seguia su camino. En ocasiones, pasaba y me rozaba la mano fingiendo un saludo, pero su mirada brillante lo delataba. Con frecuencia, alguna tarde se ofrecia traerme a casa, como lo hacia con otras personas, pero yo me trasladaba con la secretaria porque mi casa le quedaba en la via y ella iba sola en su carro. Finalmente, un dia acepte, y se hizo normal que mi amiga me llevara en la maniana y venirme con Yannick en las tardes. En ese trayecto conversabamos mucho, de todo, nos llegamos a conocer bastante y a sentirnos muy bien juntos, pero sin ir mas alla de una linda amistad, o eso creia yo.

Un sabado en la maniana recibo una llamada de Yannick, invitandome a almorzar. Acepte sin recelar, sin preguntar ni donde ni que, simplemente lo tome como ir a comer con un amigo, hablar un rato fuera del ambiente laboral y pasarlo bien. Alrededor de las 11 am paso a buscarme, y me pregunto si conocia la comida arabe israeli, que habia cocinado para nosotros esa maniana y tenia algunos dulces que su madre le habia enviado. No vi nada de extranio o sospechoso, pues la malicia no era uno de mis defectos entonces. Pero me encanto lo que implicaba que se tomara esa molestia.

Llegamos a su casa, nos quitamos los zapatos y me sente comodamente en un gran<b> sofa </font></b>que tenia, despues de recorrer y conocer su apartamento, muy sobriamente decorado y amueblado; en el aire se podia sentir el olor de su perfume, a riquisimo sandalo y madera. Me preparo algo de beber mientras ponia a punto la comida, y se sento a mi lado entregandome el refresco. Era la primera vez que estabamos solos, tan cerca y tan relajados. La conversacion fue haciendose cada vez mas intima, mas cercana. Nuestras voces bajaron el tono ajustandolo a la cercania, mientras mi corazon se aceleraba y mi respiracion se hacia mas corta. Como casualmente, tocaba mi cabello recogiendo algun mechon que se escapaba, sosteniendolo entre sus dedos y rozando mi mejilla.

De subito, me miro fijamente, y sostuve su mirada. Sin hablar, se levanto y apago la cocina, cogio un dulce y me lo trajo. Lo mordi y me parecio empalagoso, y el pistacho no es una de mis semillas favoritas. Se lo dije, pero no parecio escucharme: tenia su mirada fija en mi boca. Lo mire a los ojos y me acerque a la suya muy ligeramente. Me beso dulcemente, apoyando mi cabeza al<b> sofa </font></b>y apartando mi cabello, limpiando con su boca las migas que tenia en los labios y eso desato algo dentro de mi por primera vez en mi vida. Cuando separo su boca de mi, yo estaba temblando. Tome unos tragos de mi bebida muy despacio, sin mirarlo, en parte haciendo tiempo de 'volver a ser gente', en parte limpiando mi boca de los restos del dulce. Me dejo hacer, pero cuando coloque el vaso en la mesilla y lo mire, explotamos.

Sentirlo comerme la boca era a la vez sorpresivo y placentero. Fue el primer beso verdadero que recibia en mi vida: un beso adulto, deseoso, avasallante, posesivo. Me entregue solo a sentir esa boca que me poseia, sin protestar por unos segundos, hasta que la naturaleza me hizo reaccionar y le devolvi del mismo modo su caricia. Sentia como mi cuerpo se iba excitando, como palpitaba por donde no tenia el corazon, como me faltaba el aire y solo lamiendo y acariciando esa lengua podia seguir viviendo.

¡Cuanta razon tuvo quien dijo que el primer beso no se olvida nunca! Por momentos se separaba un poco y me decia con voz agonica 'por fin te beso, por fin te beso', lo que me excitaba sobremanera y me empujaba a imitar sus caricias por mi cuerpo, cuando me recorria de arriba abajo, y yo hacia lo mismo con el. Su mano en mi cabello era posesion, era dominio, era placer y entrega. En un momento caimos en el<b> sofa </font></b>sobre mi espalda, acariciandonos y besandonos con tal pasion que pronto se me escapo un gemido, y mientras me apretaba a el senti los inefables espasmos de mi primer orgasmo, empapandome la ropa interior y la parte alta de mis muslos, sin que el hubiese acercado siquiera su mano a mi zona mas intima.

Lo noto, y mirandome me expreso su deseo de meter su dedo en mi y tocarme mejor, pero mi pudor me domino en ese momento. Aun era virgen, pero ya estaba segura de que eso acabaria muy pronto, aunque no ese dia. Le pedi que no, que me daba verguenza lo que acababa de suceder, eso de mojarme, a lo cual el se rio y me dijo que eso era normal, que el se habia humedecido tambien pero como tenia mas experiencia, se dominaba mejor. Me beso entonces de la manera mas dulce, muy despacio y mucho tiempo, y nuevamente regreso el deseo a mi cuerpo, y nos besamos muchisimo, me acaricio muy tiernamente, diciendo que no haria nada que yo no quisiera, y cuando llegara ese momento solo tenia que pedirselo.

Yo temblaba de pies a cabeza: me habia venido un par de veces mas y estaba empapada. Me sostuvo entre sus brazos todo el tiempo, mirandome con embeleso, besando mi cabello, enredandolo entre sus dedos, rozando mi cara con sus yemas, hasta que me susurro que comieramos o seria yo el almuerzo. Me rei, le di otro beso y fui al banio, mientras el preparaba la comida, que disfrutamos entre besos, bocados y tragos.


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